Manifiesto del PSOE Europa por el Día de Europa
Seguridad, democracia y justicia social: una Europa fuerte empieza por sus ciudadanos

Europa atraviesa un momento decisivo, marcado por una gran incertidumbre. La invasión rusa de Ucrania no solo ha reactivado conflictos armados en suelo europeo, sino que ha sacudido los cimientos de seguridad, estabilidad y paz sobre los que se construyó la Unión. Hoy, más que nunca, debemos defender nuestros valores con determinación: el derecho internacional, la soberanía de los pueblos y la resolución pacífica de los conflictos.
Del mismo modo, no podemos permanecer indiferentes ante el sufrimiento del pueblo palestino. El derecho internacional humanitario, piedra angular del orden global al que Europa ha contribuido durante décadas, no puede ser vulnerado impunemente. Los ataques indiscriminados contra la población civil y el castigo colectivo no pueden ser tolerados bajo ningún pretexto. Europa debe alzar la voz para defender la legalidad internacional, también cuando se trata de las acciones del Estado de Israel.
En paralelo, la extrema derecha gana terreno en muchos países, alimentándose del malestar social que dejaron años de recortes y privatizaciones. Bajo la falsa promesa de “orden” y “simplificación”, sus recetas desreguladoras amenazan con devolvernos a un capitalismo salvaje que ya hemos pagado caro. No podemos repetir errores: crisis provocadas por desregulación, seguidas de fases de emergencia, no son el camino. Desde el PSOE Europa lo decimos con claridad: no habrá seguridad sin cohesión, ni defensa sin justicia social.
La Unión Europea necesita una estrategia política ambiciosa, con visión y valores. No podemos combatir la desafección democrática debilitando al Estado. Al contrario: debemos reforzarlo. Un Estado presente, eficiente y justo es nuestra mejor herramienta contra el miedo, el odio y la desigualdad. El Estado debe garantizar servicios públicos universales, salarios dignos, oportunidades para la juventud y protección para las personas mayores.
No podemos ignorar el efecto devastador de la seducción tóxica del populismo, que convierte el malestar en resentimiento y el resentimiento en odio. Promete empoderar, pero solo divide. Ofrece certezas vacías mientras ataca el consenso democrático y los derechos de las minorías. Por eso, desde el socialismo democrático, respondemos con hechos y con políticas que refuercen el Estado del bienestar y reconstruyan la confianza de la ciudadanía en sus instituciones.
La seguridad no puede entenderse solo en términos militares. Implica también el respeto al derecho internacional humanitario, el combate contra la pobreza global, la lucha contra el cambio climático, la estabilidad democrática y la dignidad humana. Europa no será fuerte si no es también justa. La defensa de los derechos humanos, la igualdad entre mujeres y hombres, la diversidad, la inclusión y la libertad no son valores negociables: son los pilares del proyecto europeo.
Por eso, desde el PSOE Europa proponemos una Defensa Común Europea, autónoma pero complementaria con la OTAN, con mando propio y control parlamentario. Pero esa Europa de la defensa debe ser inseparable de una Europa social. Proponemos un nuevo presupuesto europeo, con eurobonos y recursos propios, que financie también sanidad, educación, vivienda, innovación y transición ecológica.
Y debemos valorar lo que ya es parte de nuestra riqueza: la inmigración. Las personas migrantes aportan al crecimiento económico, fortalecen el tejido social y enriquecen culturalmente a nuestras sociedades. Necesitamos políticas de integración ambiciosas que reconozcan ese valor y refuercen la cohesión social.
Tampoco olvidamos a los más de tres millones de españoles que viven en el exterior. Son parte esencial de nuestra ciudadanía. Debemos garantizar su participación política, su acceso a servicios públicos y su pleno vínculo con la vida democrática de nuestro país y de Europa.
Este 9 de mayo, Día de Europa, conmemoramos también el 75º aniversario de la Declaración Schuman. Entonces, Europa eligió la solidaridad frente al aislamiento. Hoy, debemos estar a la altura de aquella decisión fundacional. Reafirmamos nuestro compromiso con una Europa más fuerte porque es más justa, más unida, más democrática y profundamente humana.
Solo con una ciudadanía protegida y con futuro, Europa podrá ser verdaderamente segura
¡Por mucha más Europa!
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