Begoña Carrasco se rebaja de nuevo ante Vox al dejar que Antonio Ortolá controle a Vicent Sales como portavoz del equipo de gobierno

• La portavoz del Grupo Municipal Socialista, Patricia Puerta, asegura que “tenemos una alcaldesa secuestrada cada vez más por la ultraderecha, a la que no solo no le frena sus discursos de odio y sus ataques a las mujeres, sino que además le permite desautorizar a Sales al darle ahora más protagonismo a Vox en las comparecencias públicas tras la Junta de Gobierno Local

Las “cesiones” de Begoña Carrasco a la ultraderecha en el Ayuntamiento de Castelló “han registrado un nuevo capítulo con la decisión de la alcaldesa de nombrar coportavoz del equipo de gobierno al edil de la ultraderecha Antonio Ortolá, dejando además en evidencia a su compañero de partido Vicent Sales”.

La pérdida de confianza entre ambas formaciones “nos lleva a tener un ayuntamiento perdido, donde al postureo habitual de la alcaldesa se suma ahora el control que se realizan ambas formaciones para intentar dar una imagen de unidad que es inexistente”, señala la portavoz del Grupo Municipal Socialista, Patricia Puerta.

Los primeros síntomas “los vimos hace unas semanas cuando, tras el nuevo bochorno que provocó el ultraderechista Alberto Vidal con la vergonzosa campaña comercial del Día de San Valentín, la alcaldesa tuvo que organizar de urgencia una reunión con los y las comerciantes para pedir perdón”, un encuentro al que asistió Vidal “pero también Vicent Sales, que tuvo que personarse para vigilar a su socio de Vox”.

La respuesta del grupo de la ultraderecha es “controlar ahora a Sales, que como portavoz del equipo de gobierno es el encargado de explicar los acuerdos de la Junta Local, pero que tendrá que compartir escenario con Ortolá, lo que nos demuestra que la confianza mutua no existe”. Para Patricia Puerta, “tenemos a una alcaldesa que está llevando al ayuntamiento a una deriva absoluta, permitiendo los continuos discursos de odio y racistas de Vox, blanqueando la violencia machista y dejando ahora que sea la ultraderecha la que fiscalice los discursos oficiales”.