“Begoña Carrasco miente y alienta a llenar el centro de coches al decir que solo se multa por parar más de media hora cuando es obligado circular con una autorización”

● El concejal socialista Jorge Ribes acusa a la alcaldesa de Castelló de “manipuladora” al decir que solo se sanciona a los vehículos que aparcan mal cuando en las normas que se aplican, y que recoge la web oficial, dejan claro que se sancionará a los vehículos que no cuenten con autorización

● Ribes insiste en que “estamos ante una actitud absolutamente inaceptable de Carrasco, porque, si es verdad que solo se sanciona a los que exceden el tiempo de estacionamiento, está haciendo una dejación de funciones inaceptable y se está burlando de la ciudadanía que sí cumple las normas en el resto de la ciudad”

La alcaldesa de Castelló. Begoña Carrasco, “es una absoluta irresponsable y manipula a toda la ciudadanía por sus inaceptables mentiras sobre el acceso de vehículos a las zonas restringidas del centro de la ciudad y las sanciones a las que se arriesgan los conductores que entren en estas áreas sin los permisos correspondientes”.

El concejal socialista Jorge Ribes se refiere a las declaraciones de Carrasco a los medios de comunicación el pasado miércoles, “donde fue capaz de decir sin ningún rubor que solo se multa a los vehículos que acceden a la zona de bajas emisiones si estacionan más de media hora”. Tal y como destaca Ribes, “esto es una absoluta barbaridad, un desconocimiento absoluto de la norma y una llamada a que todos los vecinos y vecinas colapsen el centro con sus vehículos para cruzar la ciudad”.

Para el edil del PSPV. “que toda una alcaldesa diga esto solo tiene dos objetivos: incitar a la ciudadanía a incumplir los reglamentos de circulación y dar a entender que se multa de forma indiscriminada y arbitraria, dejando sin sanción a los infractores de la zona centro y multando al resto de mortales por otros puntos de Castelló”.

El concejal socialista se pregunta si la alcaldesa del PP “se ha leído sus propias normas, recogidas en la página web https://cscircula.castello.es/, donde se deja claro que ‘el acceso al núcleo histórico está permitido para vehículos destinados a servicio público, motocicletas, ciclomotores, bicicletas y VMP, pero que deja claro que “el resto ha de obtener la autorización’.

Al margen de otras consideraciones, como el hecho de que siempre se da autorización para poder circular por una zona en concreto, y no por toda la área restringida, en la web se recoge el régimen de sanciones, “que parece que no se ha leído la señora Carrasco”, ironiza Jorge Ribes. Las multas “son muy claras”: ‘circular por zona peatonal con el vehículo sin autorización, 80 euros; circular por zona peatonal con el vehículo reseñado utilizando acceso no autorizado, 80 euros, y estacionar en zona peatonal con el vehículo reseñado superando el tiempo de estancia permitido en la autorización, 80 euros’.

Por tal motivo, «aquí solo nos podemos encontrar con una cosa: que desde que PP y Vox decidieron que las cámaras que sancionaban de forma automática dejasen de funcionar han dado la orden de no multar a los infractores, lo que es una tomadura de pelo para toda la ciudadanía que sí cumple con las normas y una irresponsabilidad defendida por la alcaldesa, Begoña Carrasco, y por sus concejales de Urbanismo, Sergio Toledo; Movilidad, Cristian Ramírez, y Seguridad Ciudadana, Antonio Ortolá».

Discrecionalidad
Este apagado de las cámaras sigue generando muchas dudas a nivel jurídico “por la discrecionalidad que supone el decidir sancionar o no a los conductores y conductoras que no cuenten con los permisos pertinentes para cruzar por el centro de la ciudad, además de la imposibilidad de controlar todos los accesos 24 horas al día”.

La Zona de Bajas Emisiones, desarrolladas por el Acord de Fadrell con fondos europeos, se puso en marcha para cumplir con las directivas europeas para hacer frente al cambio climático. «Actitudes ahora de los gobiernos de la derecha y la ultraderecha, capaces de ir en contra de Europa y de volver a meter coches en el centro es entrar en una peligrosa espiral que puede hacernos perder millones de euros de los fondos europeos», concluye Jorge Ribes.