Begoña Carrasco avala con su silencio los insultos de su concejal ultra Aberto Vidal a los socialistas, a quienes acusa de ser ‘corruptos, puteros y asesinos’

• La portavoz socialista, Patricia Puerta, reclamó ayer en el pleno a la alcaldesa que obligase al concejal de Familia a rectificar, “pero ya vemos que la señora Carrasco sigue confundiendo libertad de expresión con libertad de insulto y se ha convertido en una marioneta en manos de sus socios de la ultraderecha”

La alcaldesa de Castelló, Begoña Carrasco, por segundo pleno consecutivo, “ha avalado los insultos y el odio vertido en la sesión plenaria del ayuntamiento por el concejal de Familia y portavoz adjunto de Vox, Alberto Vidal, lo que nos demuestra que tenemos una alcaldesa rehén de la ultraderecha, incapaz de impedir que la casa de todas las y los castellonenses se convierta en un altavoz de las barbaridades que sueltan sus socios”.

Patricia Puerta, en el apartado de ruegos y preguntas, le recriminó a Carrasco “que fuese capaz en el anterior pleno de definir como ‘libertad de expresión’ que Vidal llamase a las y los simpatizantes socialistas “corruptos, puteros y asesinos”. La alcaldesa “volvió a quedar ayer en evidencia” al permitir que su socio de Vox “volviese a insultarnos con las mismas palabras, lo que nos hace ver que es una absoluta marioneta en manos de esa ultraderecha que hace del odio su herramienta diaria”, señala Puerta.

En la libertad de expresión, como recordó ayer la portavoz socialista, “cabe la crítica lícita, aunque sea ácida, con la limitación de que no sea ofensiva o denigrante”. La crítica “puede molestar, inquietar o disgustar, pues forma parte de lo que todos y todas defendemos o deberíamos defender: pluralismo y tolerancia como herramientas clave de una sociedad democrática, tal y como indica el Tribunal Europeo de Derechos Humanos”.

Con este contexto, “hay una cuestión clave que la señora Carrasco no tiene claro, porque quedan fuera de la protección de la libertad de expresión frases y expresiones ultrajantes u ofensivas, dado que el artículo 20 de la Constitución no reconoce un derecho al insulto, que sería, por lo demás, incompatible con la norma fundamental”.

Begoña Carrasco, tal y como expone Patricia Puerta, “ya ha quedado retratada estos días al decir que se siente orgullosa de su pacto con la ultraderecha, del Gobierno de la Vergüenza; en definitiva, de su pacto con esos concejales y concejalas que hace del odio y el insulto su forma de vida”.

La alcaldesa, además, “ha denigrado esta casa, dándoles responsabilidad de gobierno a los representantes ultras, y ha prostituido la frase ‘libertad de expresión” por no obligarles a rectificar sus constantes insultos”. Ayer desde el Grupo Municipal Socialista se volvió a pedir a Begoña Carrasco que pusiese freno a esta espiral de odio de sus socios, “pero con su silencio nos dejó claro que ella es parte de este caos al que está sumiendo al ayuntamiento”, concluye Patricia Puerta.